Origen
de la vida
Por el Ing. Carlos González
AÑO 2005
Teorías
científicas a través del pensamiento científico.
1) Ubiquémonos:
Es probable que el cosmos, integrado por todo aquello que pertenece a la
realidad, tuviera su origen hace unos
Quizá nuestro sistema solar surgió como una nube giratoria de
gases que acabaron por condensarse formando el sol y los planetas. |
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El universo en el cual nosotros vivimos no es el único en el cosmos y se asemeja a otros tipos de universos.
Asimismo, el Sol no es un tipo especial de estrella. Tampoco es rara
su posición y, en cuanto a dimensiones, cabe decir que es de mediana estrella.
El planeta Tierra es más grande que Mercurio pero mucho más pequeño que Júpiter o Saturno.
2) Pensamientos filosóficos –
cinéticos del comienzo de la vida:
Todas las teorías científicas acerca del origen de la vida exigen
que la edad de
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Son dos las principales teorías acerca del origen de la vía. La teoría creacionista
o vitalista, basada en
gran medida en la narración bíblica del Génesis, afirma que |
La otra teoría evolucionista,
afirma que la vida surgió en un punto
selecto ubicado en el extremo superior del espectro continuo de ordenamientos
cada vez más complejos de la materia. Es decir, que cuando la materia se vuelve
suficientemente compleja aparecen las características asociadas con la vida. A
pesar de que ésta es una teoría mecanicista,
en ella se dio cabida a epifenómenos biológicos como el amor, la conciencia, la
moralidad, etc. cualidades que
aparecen en las formas biológicas; por ejemplo, el ser humano.
Los biólogos, después de los trabajos
realizados por Darwin y Pasteur, han tenido un pensamiento
racionalista donde se intenta aplicar el concepto de evolución a la materia
inerte. Comenzó a esbozarse una teoría evolucionista del origen de la vida que
suponía que no existía diferencia fundamental entre lo inerte y lo vivo. La
materia viva sería el fruto de largos procesos químicos, una larga evolución
química que habría precedido a la evolución biológica. Oparin,
por un lado, y Haldane, por otro, suponen que la vida apareció en
¿QUE ES
Como mencionamos
anteriormente, las ideas han estado encuadradas en dos teorías opuestas: la
mecanicista, que suponen que la vida es el resultado de una organización
compleja de la materia, y la vitalista, que proponen que la vida tiene su
origen en una fuerza superior que insufla a los seres un principio vital, que
en el caso del hombre se identifica con el alma. Los primeros defensores de
estas dos teorías fueron los filósofos griegos Demócrito de Abdera (470-
Totalmente opuesto a esta teoría, Aristóteles mantenía que los seres vivos estaban compuestos de idénticos elementos que la materia inerte, pero que además poseían una fuerza o principio vital concedido por un ser superior. Este principio vital era inmortal, no teniendo la vida fin en sí misma, sino en función de su Creador. Desde entonces, la polémica entre mecanicismo y vitalismo ha sido una constante histórica, influida más por doctrinas filosóficas y religiosas que por un estricto pensamiento científico.
Una definición completa de vida procedente de
El conocimiento del origen de la vida
interesó profundamente al hombre desde el principio de los siglos. Careciendo
de base científica, predominaron las teorías filosóficas, destacando claramente
la teoría de la generación espontánea. Según ella, todos los seres vivos
nacen espontáneamente de la materia orgánica en descomposición, o bien de la
materia mineral cuando se encuentra en determinadas condiciones.
Aristóteles que los peces, las ranas, los ratones, los gusanillos y
los insectos se generaban a partir de un material creador adecuado, procedente
del lodo, de materia orgánica en descomposición y de los suelos húmedos. En la
edad Media, esta teoría se vio reforzada por la literatura y algunas ideas
fantásticas como la que afirmaba que los gansos eran producidos por los
“árboles gansos”, bajo ciertas condiciones. Toda
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En el siglo XVII, el físico y poeta italiano Francesco Redi
refutó, en torno a 1660, la idea imperante de que las larvas de las moscas se
generaban en la carne putrefacta expuesta al aire. Francisco Redi (1626 – 1627), llevó a cabo un experimento de gran
trascendencia, motivado por sus ideas contrarias a la generación espontánea.
Concluyó, como resultado de su experiencia, que los gusanos no eran generados
por la materia putrefacta, sino que descendían de sus progenitores como todos
los animales. Redi formuló la llamada teoría de la biogénesis en la que afirmaba que la vida sólo se origina
de la vida. En 1768, el naturalista italiano Lazzaro Spallanzani eclesiástico italiano, demostró que si un caldo se esteriliza por
medio de calor y se tapa
herméticamente, no se descompone debido a que se impide el acceso a los
microbios causantes de la putrefacción. |
Spallanzani empleó en sus experimentos cultivos de vegetales y otras sustancias
orgánicas, que después de someter a elevadas temperaturas colocaban
recipientes, algunos de los cuales cerraba herméticamente, mientras que otros
los dejaba abiertos, lo que dio como resultado que en los primeros no se forma
microbio, en tanto que en los abiertos sí.
En 1836, el naturalista alemán Theodor Schwann proporcionó pruebas adicionales mediante experimentos más
meticulosos de este tipo. La polémica, que duro más de dos siglos y en a que
algunos científicos apoyaban la generación espontánea y otros la biogénesis,
concluyó con el empleo del “matraz de Pasteur”, inventado por el
químico y microbiólogo francés Louis Pasteur (1822-1895), quien resumió sus hallazgos en su
libro sobre las partículas organizadas que existen
en el aire (1862). En
caldos de cultivo estériles, que se dejaba expuestos al aire, él encontraba,
al cabo de uno o dos días, abundantes microorganismos vivos. Pasteur
demostró que en la fermentación del vino y de la cerveza intervenían
microorganismos vivos como elaboradores del fermento; es más, descubrió el
remedio para evitar el avinagramiento del vino, sometiéndole a un
calentamiento lento hasta alcanzar una temperatura tal que los
microorganismos |
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productores del fermento no pudiesen vivir.
Este proceso, que después se ha generalizado en su aplicación, es conocido en
su honor con el nombre de pasteurización. El botánico alemán Ferdinand Julius Cohn clasificó a estos organismos entre las plantas (una clasificación
vigente hasta el siglo XIX) y los llamó bacterias. Al final, el físico británico John Tyndall
demostró en 1869, al pasar un rayo de luz a través del aire de un recipiente,
que siempre que había polvo presente se producía la putrefacción y que cuando
el polvo estaba ausente la putrefacción no ocurría. Estos experimentos acabaron
con la teoría de la generación espontánea.
Teorías
Modernas
En la teoría mecanicista de la vida se postula que la mejor manera
de explicar las complejas reacciones de los seres vivos es recurrir a las propiedades
de sus partes componentes, además, se afirma que una ordenada serie de
fenómenos de causa y efecto condujo al surgimiento de la vida a partir de
conjuntos de sustancias inorgánicas sencillas, las cuales fueron convirtiéndose
en macromoléculas orgánicas cada vez más complejas.
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1) Hipótesis de Alexandr Ivánovich Oparin y los
Coacervados
En 1922, el bioquímico soviético Alexander
Ivanovich Oparin publicó una pequeña obra
titulada "El origen de la vida" y en 1924 presentó a sus colegas soviéticos una clara y
rigurosa explicación de cómo pudo haber
acontecido esa evolución de la vida a partir del reino abiótico de la
química y la física. Para 1936, sus ideas ya habían sido aceptadas en el
mundo entero. La hipótesis de Oparin principia con
el origen de |
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los mares primitivos o caldos nutritivos. Las moléculas se irían asociando
entre sí, formando agregados moleculares cada vez más complejos, con una
estructura concreta, a los que llamó coacervados. La mayor parte del trabajo experimental de Oparin
se relacionó con la exploración de las propiedades de los coacervados y
su posible participación en la evolución de las primeras células vivas. En opinión de este científico, desde las primeras etapas del
desarrollo de la materia viva debió haber síntesis de proteínas a partir de
los aminoácidos. |
2) El experimento de Miller
Stanley Miller dio apoyo experimental a la idea de Oparin
de que las condiciones y las moléculas inorgánicas simples de la atmósfera
primitiva del planeta tenían realmente la capacidad de combinarse para
formar moléculas orgánicas de los seres vivos. Miller, quien fue discípulo
del premio Nobel Harold Urey (University of Chicago), dispuso un aparato de Tesla que producía
pequeñas cargas eléctricas en el interior de un sistema cerrado que contenía metano, amoniaco,
vapor de agua y un poco de hidrógeno gaseoso. Los resultados de esa
estimulación enérgica de una atmósfera parecida a la de |
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3) Las microesferas de Fox
La publicación de la teoría de Oparin y la confirmación parcial de la misma mediante el experimento de Miller, dieron lugar a que muchos biólogos encaminaran sus investigaciones a descubrir cómo fue el largo proceso en el cual la materia inerte llegó a alcanzar las estructuras que permitirían, posteriormente, el nacimiento de las primeras células.
Según el
bioquímico norteamericano Sydney W.Fox, la aparición de la vida sobre nuestro planeta
no sólo tuvo lugar en el mar, como proponía la teoría de Oparin,
sino que también podría haber sucedido sobre la tierra firme. Demostró que a
temperaturas próximas a los |
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Existen datos, según Graham Cairns-Smith,
de
La síntesis prebiótica de las macromoléculas
biológicas fue una etapa fundamental en el camino hacia la aparición de la
materia viva, así como el origen de la membrana que separaría estas
macromoléculas del exterior, problema estudiado por Joan Oró, de
¿Cuál de las macromoléculas biológicas apareció primero? Muchos investigadores prebióticos apoyan la idea de Manfred Eigen, premio Nobel en 1967, según la cual la secuencia de los acontecimientos fue la siguiente: primero, los ácidos nucleicos, después, las proteínas y finalmente la célula, aunque también haya sido posible una aparición simultánea y complementaria.
La
panespermia. El enigma marciano
Existen, además de la generación espontánea, los coacervados, etc.,
otras teorías que tratan de explicar con ciertas bases científicas el origen de
la vida en nuestro planeta. A fines del siglo XIX, comenzó a primar la idea que los primeros
organismos tenían su origen en el espacio. La idea de que
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partir de 1865 por parte del biólogo
alemán Hermann Richter; según él, la vida está presente en todo el
Universo bajo la forma de gérmenes de microorganismos, a los que llamó cosmozoarios. Los meteoritos que continuamente
impactan en En ella, se substancia que la vida es
transportada en el espacio bajo la forma de esporas, organismos vivos
microscópicos, adheridas a algunos
meteoritos
siendo impulsadas por la presión del
cosmos y que al encontrar las
condiciones adecuadas en los mares terrestres, evolucionan hasta alcanzar el
grado de desarrollo que presentan los organismos en la actualidad. |
Más radical se
muestra Fred Hoyle, que junto a Chandra Wickramasinghe,
de
Origen
de las células
Los coacervados complejos pueden mantener su estructura a pesar de
que se encuentran en un medio líquido amorfo. Por otra parte, a través de las
fronteras del coacervado hay intercambio de sustancias con el medio.
Aunque tales límites parecer estar constituidos por moléculas
de agua orientadas y otras sustancias inorgánicas sencillas, sus propiedades
son semejantes a las características de permeabilidad observadas en las
células y no sería remoto que fueran la estructura antecesora de la membrana
de la primeras células procarióticas. La complejidad cada vez mayor de las
sustancias orgánicas del interior del coacervado dependía de la política
exterior de éste, la que cada vez era dictada por la membrana externa. Por su
parte, la membrana iba aumentando su complejidad conforme llegaban a su
superficie las sustancias previamente introducidas en la célula. Aunque la
evolución de las primeras células es fundamental para probar un hipótesis mecanicista del origen de la vida, a muchos biólogos también los intriga la
transición entre las células procarióticas y eucarióticas. |
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La
importancia y el origen de las organelas
Desde principios del siglos XX los biólogos
advirtieron que hay semejanza entre diversos organelos
delimitados por membranas y ciertas bacterias. Es particular, una de las
similitudes más notorias es la que hay entre los cloroplastos y las
cianobacterias cargadas de clorofila. Asimismo, muchos biólogos notaron el
parecido que hay entre las mitocondrias y otras bacterias de vida libre. El
hecho de que los cloroplastos y las mitocondrias posean su propio ADN y puedan
dividirse en forma independiente del resto de la célula apoya la hipótesis de
que estos y otros organelos fueron otras bacterias
independientes que invadieron a las células primitivas y llegaron a establecer
una relación permanente con ellas. Se piensa que los invasores fueron
simbiontes a los que beneficiaba al hospedero capacidades y talentos de los que
éste carecía. Esto significa que los cloroplastos bien pudieron ser
cianobacterias que confirieron propiedades fotosintéticas a las células que
empezaron a darles alojamiento. Otras moneras, sobre
todo las de muy escasas dimensiones, pudieron dar origen de modo similar a
otros organelos características de la célula
eucariótica.
Lynn Margulis, de
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Contenían y contienen las típicas macromoléculas informáticas y estructurales de la vida. O sea su mensaje genético, su genomio propio. Hoy en día toda célula eucarionte tiene dos mensajes genéticos: el mitocondrial fuera del núcleo y el que reside en el núcleo, inexistente en las formas que hasta ahora hemos visto. Tienen modernamente dos códigos aparentemente diferentes. El mitocondrial tiene un par de instrucciones diferentes con respecto al código "universal", que es el que se usa para la información en el núcleo. Relación de organelos que dieron origen a la célula eucarionte, presencia del ADN de cada uno. La teoría ha sido aceptada ya por muchos citólogos y ha dado origen a un buen número de trabajos experimentales encaminados la confirmaría o rechazaría. Hay células de formas y tamaños muy variados. |
Algunas de las células bacterianas más pequeñas tienen forma cilíndrica de menos de una micra o µm (1 µm es igual a una millonésima de metro) de longitud. En el extremo opuesto se encuentran las células nerviosas, corpúsculos de forma compleja con numerosas prolongaciones delgadas que pueden alcanzar varios metros de longitud (las del cuello de la jirafa constituyen un ejemplo espectacular). Casi todas las células vegetales tienen entre 20 y 30 µm de longitud, forma poligonal y pared celular rígida. Se piensa que lo más probable es que las mitocomdrias, que fabrican ribosomas parecidos a los de las bacterias de pequeño tamaño y por los detalles de su composición química, provengan de bacterias púrpuras no sulfurosas que eran originariamente fotosintéticas y que perdieron esa capacidad.
Origen
de la vida en
Es una declaración demasiado obvia decir que las condiciones de
Alternamente, algunos científicos sugieren que la vida, o cuando
menos sus precursores, llegó a la tierra como esporas llevadas en meteoritos o
que quizá fue sembrada por alguna civilización extraterrestre tecnológicamente
avanzada. Sin embargo, estas alternativas sólo dan una respuesta; no explican
cómo surgió la vida inicialmente.
De
Oparin estebe muy consciente de que los primeros seres vivieron en un ambiente
con abundancia de moléculas orgánicas ricas en energía y que podían ser
utilizadas como alimento. Esa ingestión de combustibles orgánicos preformados
representa el hábito denominado heterotrofismo.
Sin embargo, en ciertas localidades, la intensa competencia por los recursos
nutritivos entre los individuos de poblaciones cada vez mayores debió generar
insuficiencias muy agudas. Sea A uno de esos nutrientes escasos. Si en
determinadas circunstancias apareció un mutante capaz de sintetizar le
sustancia A a partir de un nutriente B, ese organismo
debió sobrevivir más fácilmente que sus competidores inadaptados, los cuales
se habrán extinguido por la falta de A. Conforme se fue agotando el recurso B,
cualquier organismo que pudiera sintetizar B a partir de C debió tener mayores
probabilidades de supervivencia. Así los organismos debieron tender sucesivamente
hecha la adquisición de sistemas enzimáticos cada vez más complejos y que les
permitieran sintetizar los nutrientes más críticos a partir de sustancias sencillas,
es decir, adquirieron el hábito nutricional llamado autotrofismo.
Según N. H. Horowitz, los organismos
que viven en regiones donde los nutrientes eran escasos tardaron en adquirir,
por evolución, largas cadenas de reacciones enzimáticas que los libraron de su
dependencia de las sustancias orgánicas presentes en la "sopa" primitiva.
La evolución del autotrofismo como uno de los progresos
más significativos durante las primeras etapas desarrollo de la vida fue aunada
a las primeras aportaciones teóricas de Oparin y así
nació la actual teoría de Oparín – Horowitz.